En un día triste y aburrido, un hermano y una hermana prestan atención al consejo de su abuela: "Utilicen esas mentes hermosas y brillantes que tienen. Alcen los brazos, cierren los ojos, respiren profundo y crean en algo. En algún lugar, en algún momento, alguien estuvo tan aburrido como ustedes ahora". Y antes de que se den cuenta, su imaginación los eleva y los saca del aburrimiento. Luego, en un día lleno de peleas, siguen el consejo de Abuela y descubren que son capaces de dejar atrás su ira. Esta preciosa habilidad, les dice su abuela, se remonta a días mucho antes de que nacieran, cuando sus antepasados mostraron al mundo la fuerza y la resistencia de sus hermosas y brillantes mentes.
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